lunes, mayo 22, 2017

Sexo, exilio y rock and roll, de Ali Eskandarian


¿Queda espacio para los artistas en esta ciudad saturada de fantasmas? Me duele la cabeza y me siento otra vez mareado. Soy un inmigrante inmerso en cláusulas de inmigración, sin dientes de tiburón con que arrancar un jugoso pedazo de carne americana para mí. Los sueños americanos rebotan por mi cerebro cansado, pero no se adhieren a sus viscosas paredes. ¿Dónde están todas las canciones? ¿Dónde está la poesía? Ahora es diferente y tú lo sabes. Cambia con los tiempos siempre cambiantes, muchacho, y nunca te inquietes, repito una y otra vez con un vaso de whisky escocés con hielo en la mano.

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Créate una piel de rinoceronte y aguarda con paciencia. No puedes ser un artista y esperar nada de este mundo. Ni dinero, ni reconocimiento, ni un cambio de estatus. Si quieres sobrevivir, debes olvidar todo eso y continuar. Es absurdo marchitarse y morir, la muerte vendrá muy pronto por sí sola, no te apures. Busca la fértil tierra aluvial de tu mente, planta, cosecha. Las estaciones irán desfilando como todo lo demás. Olvida la dura realidad de este mundo físico y sigue adelante. Eso es lo que hay. Si rascas bajo la superficie, solo encontrarás mugre.

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Ahora cada uno está solo en el mundo. He logrado entristecer a Allison otra vez y ya no se puede hacer otra cosa que dejarla con tristeza. Me prendería fuego a mí mismo si así pudiera hacerla cambiar de humor, pero eso no serviría sino para crear más problemas. Debemos alejarnos de todo. Correr a las montañas y empezar de cero.


[Malpaso Ediciones. Traducción de Santiago del Rey]