miércoles, diciembre 28, 2011

La poesía es un fondo de agua marina, de Santiago Montobbio



EN ESTE PUERTO TODO ESTÁ LLOVIDO:
los barcos, los viajeros, los abrazos,
los pañuelos, el tiempo despedido.
En este puerto sólo están
quienes no volverán jamás
ni aquí ni a ningún sitio.
Soy de este puerto. Presiento
su cercanía, su latido. Cada vez
más llovido y más andado en él,
este puerto y yo estamos
vacíos de destino.

13 marzo 2009

**

PASO POR LA CALLE LAURIA CON
ARAGÓN Y OIGO LA CAMPANA
de la Concepción. A mí no me extraña, pero
recuerdo ahora
la chica de San Sebastián que iba a mi clase de italiano
y a quien sí le sorprendía oír este sonido de campo
en medio de la ciudad. Le sorprendía y le gustaba.
Estudiaba italiano porque tenía novio en Milán
y se llamaba Ana. Una amiga que allí trabajaba
le dio luego alguna clase particular, y sé por ella
que tenía un grave cáncer. Ojalá lo superara, ojalá
en la vida aliente y la cruce firme,
y no tuviera el peor o un mal final
esa noticia que era una niebla de tristeza.
Ana era simpática y de San Sebastián e iba
y venía de Milán y le sorprendía y alegraba
esta campana. Mi hermana pequeña vive allí,
su terraza da al pasaje, el italiano escucha
y le agradan de especial modo las campanas.
Para nosotros ya es sólo una costumbre. Pero la
oigo ahora
mientras paso por allí de vuelta a casa
y siento la campana y me acuerdo de Ana
y hago con ella un poema, un poema, ya se ve,
que no va de nada pero en el que están
Ana y la campana y la tarde clara.
La enfermedad cruzara, como la lluvia
de esta semana ahora se marcha.

3 abril 2009