viernes, febrero 25, 2011

Y los hipopótamos se cocieron en sus tanques, de William S. Burroughs y Jack Kerouac


En “La compañía de finanzas amistosas”, el excepcional análisis que Eloy Fernández Porta incluye en Beatitud (libro que esta tarde presentaremos en Madrid), y que versa sobre la obra de William S. Burroughs, Eloy comenta este libro escrito en colaboración con Jack Kerouac, y dice al respecto: La novela en cuestión contiene el que, a mi entender, es el primer texto donde ya se encuentra, in nuce, el mundo burroughsiano […] Casi toda la descripción es autobiográfica: «recibí una carta de una agencia de detectives para que me presentase a trabajar»; el diálogo con el que pronto se convertirá en un asesino, las referencias a distintas organizaciones secretas —el FBI y una organización mafiosa—, muy parecidas en sus métodos; el retrato de las drogas, el arresto de un hombre que va a buscar a su amante, y, sobre todo, el cómo y el porqué de una relación de pareja.

Lo cierto es que yo compré este libro justo el día en que llegó a las librerías. Pero había aplazado su lectura por pereza. El lúcido análisis de Eloy, que indica que esta colaboración Kerouac/Burroughs conforma el mito de origen de la literatura beat, me convenció para leerlo cuanto antes. Y, en efecto, aunque no sea una gran novela ni lo mejor de sus respectivos autores, contiene ese germen. Se trata de un libro de tono pulp en el que se describen algunas de las situaciones que luego se repetirán en Los subterráneos o Yonqui: reuniones de amigotes en casas que parecen pocilgas, hasta el amanecer, rodeados de cerveza y estimulantes; estancias en bares y en garitos; preparación de chutes; disputas entre parejas… Un libro que, como aclara James W. Grauerholz en el epílogo, permaneció durante años en un cajón, mientras Grauerholz aguardaba a que falleciesen los implicados. Porque esta novela se inspira en el asesinato real de David Kammerer a manos de Lucine Carr, ambos amigos de los autores. El libro describe los días previos a aquel asesinato. Dos son los narradores, y de cada uno os dejo un fragmento:

El lunes por la mañana recibí una carta de una agencia de detectives para que me presentase a trabajar. Había solicitado el puesto como un mes antes y casi lo había olvidado. Era evidente que no habían hecho comprobaciones sobre mis huellas dactilares y las referencias falsas que les había dado. Así que fui hasta allí y acepté el trabajo y me dieron un fajo de citaciones que quitarse de encima.
Will Dennison [William S. Burroughs]

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Philip se alejó caminando hacia la calle Sesenta y estuve un rato observándolo. Tenía ganas de correr tras él para volver a decirle adiós. Desapareció al volver la esquina, caminando con decisión como si anduviera camino del trabajo, y yo volví a meterme en el bar. Vi las monedas en la acera y volví atrás para recogerlas. Luego entré de nuevo en el bar, pedí una cerveza y me senté en una mesa vacía.
Fue la cerveza más solitaria que he tomado en mi vida.
Myke Ryko [Jack Kerouac]


[Traducción de Fernando González Corugedo]