lunes, marzo 29, 2010

La belleza y el infierno, de Roberto Saviano



En este volumen se recopilan artículos, ensayos y otros textos publicados, originalmente, en diversos medios. En casi todos ellos se refleja el modo de vida actual de Roberto Saviano, tras el éxito de Gomorra y las amenazas de muerte: siempre escoltado, alojándose en cuartos sin ventanas, en soledad, sin poder llevar una existencia normal. En estos escritos se repite su obsesión por la lucha de David contra Goliat, de la escritura contra las armas, del pueblo contra la corrupción. Algunas de las piezas recuerdan a Gomorra porque examinan los mismos temas o los amplían: los especuladores del cemento, los tejemanejes de quienes se benefician de los vertidos ilegales, las historias de los mafiosos de distintos países.

Pero también hay lugar para otros temas, de los que Saviano extrae jugosos artículos: los boxeadores italianos, su visión de Cannes cuando fueron a presentar la película sobre su libro, su admiración por el futbolista Messi y por el músico Michel Petrucciani y por la periodista asesinada Anna Politkóvskaya, el análisis de la trayectoria de la cocaína como mercancía más rentable de nuestro tiempo, su reunión con Joe Pistone (un agente infiltrado en la mafia con el nombre de Donnie Brasco, del que luego hicieron una gran película con Al Pacino y Johnny Depp)… También se ocupa de la obra de varios autores: del magnífico Despachos de guerra de Michael Herr, de la versatilidad de William T. Vollmann, de la amargura que desprenden los libros de Gustaw Herling, de la épica de 300 (cómic y película), entre otros. Si a eso sumamos algunas alusiones a los relatos de Varlam Shálamov, veremos que Saviano tiene buen gusto para la literatura. Le obsesiona la verdad y siempre intenta exponerla: “Cuanto más cara es la hamburguesa, más sólida es la economía de un país”, afirma. Y le obsesiona el poder de la palabra para combatir a los poderosos:

La fuerza de la literatura sigue siendo su incapacidad de reducirse a una sola dimensión, de ser una sola cosa, ya sea noticia, información o sensación, placer o emoción. Gracias a esta versatilidad puede superar todos los límites, ir más allá de las comunidades científicas, de los gremios, y llegar al tiempo cotidiano de cualquier persona, lo que la convierte en un instrumento ingobernable y capaz de traspasar todas las barreras.


[Traducción de Juan Vivanco]