lunes, noviembre 30, 2009

The Wanderers



The Wanderers (Las pandillas del Bronx) era una de mis películas favoritas en la infancia. La vi varias veces en el Cine Pompeya, aunque no sé si ese dato lo doy en mi novela. La tenía por ahí en vídeo y hace poco la compramos en dvd por 5 o 6 euros y he vuelto a verla. Está basada en una novela de Richard Price que, incomprensiblemente, continúa inédita en España; recordemos que Price, además de novelista, es el autor de los guiones de El color del dinero, Melodía de seducción, Clockers o Bad (el videoclip de Michael Jackson). Philip Kaufman dirigió The Wanderers antes de encargarse de otras adaptaciones. Él es el responsable de La insoportable levedad del ser, Elegidos para la gloria, Henry & June y Quills.

La película, aparte de un análisis divertido y nostálgico de la época dorada de las pandas de barrio con brillantina en el pelo, acaba convirtiéndose en el retrato del fin de una época, matizada por el asesinato de JFK, el folk de Dylan anunciando que los tiempos están cambiando y la necesidad de los protagonistas de pasar a la madurez, ya sea casándose o buscando nuevos horizontes. Aparecen rostros que fueron muy populares en los 80, para luego acabar en el olvido: Ken Wahl, Karen Allen, Olympia Dukakis... Y sale Toni Kalem de jovencita; ella fue Angie Bompensiero en Los Soprano. La banda sonora, por cierto, es una maravilla. De vez en cuando vuelvo a ver esta película, que es como la cara B, más oscura y realista, de Grease.

Ladrones de bicicletas, de Luigi Bartolini


De este libro de Luigi Bartolini, Vittorio De Sica y sus colaboradores sólo utilizaron el título y la idea que mueve ambas tramas: el robo de una bicicleta en Roma. Si la película trata de un trabajador y su hijo en busca de la herramienta imprescindible de su oficio, ambos hambrientos y miserables, el libro refleja la problemática de sufrir el acoso de los ladrones, que se mueven en masa por la ciudad y han robado varias veces las bicicletas del autor. Domina el relato un tono picaresco. Bartolini está harto de los cacos y abomina de ellos y del rastro que los fascistas han dejado en la Italia de los años 40. Casi toda la narración transcurre en la calle, entre hombres con oficios, golfillos y prostitutas, a través de rastros y tabernas. Es, por así decirlo, un estudio en clave de narrativa de un aspecto de la sociedad (ladrones y policías) que preocupa al autor, que viste como un caballero aunque no tenga una buena posición económica, dado que se dedica a pintar y escribir, y que camina por Roma solo, en busca de quienes le robaron.

Cartel de Salt


Nota de agradecimiento

Los dos últimos meses han sido, para mí, muy complicados. Problemas familiares y laborales, viajes, recitales, presentaciones literarias, tensiones por leer en público, preparación de próximos proyectos… Tanto es así que no he tenido apenas tiempo para escribir. Salvo tres o cuatro poemas y dos o tres textos breves de colaboración, me he limitado a los escritos de este blog: reseñas, miniaturas y algunos comentarios. Por otro lado, necesitaba ese descanso, ese respiro tras tantos años al pie del cañón: casi nueve años escribiendo artículos de lunes a domingo pasan factura. La falta de tiempo ha hecho que en estas semanas no os agradeciera por correo electrónico (fiel a mi costumbre) los detalles que en las bitácoras o en facebook habéis tenido al anunciar esos recitales y presentaciones, al dar cancha a mis libros y colgar poemas o fragmentos de mis asuntos literarios, al leer junto a mí en el escenario, al acudir a los actos. No olvido a los Casimiro Parker y quienes les rodean: ya somos como una familia y espero que sigamos siéndolo. En estos días se me ha pasado daros las gracias, pero espero que no vuelva a suceder. No hace falta nombraros: cada cual sabe quién es y con eso basta. Gracias, amigos/as.

domingo, noviembre 29, 2009

Casimiro Parker en León (Final alternativo)




C.C.A.N.: David González & Leo del Mar & Marcus Versus

Sexto cartel de Nine


sábado, noviembre 28, 2009

Próximamente: El debut del chico tatuado


Relatos completos de David González. Más datos: aquí.

Nuevos carteles de The Wolfman





Primeras fotos de The Losers


Carta de buenas noches

Me gustas entre otras cosas porque sabes alcanzar;
porque buscas huecos vacíos, abrazas,
porque aplastas tu magia
contra mi intento de magia
y el mundo sigue casi igual.
me gustas, entre otras cosas,
por tu exceso de excesos.
porque sabes no elegir y suave,
con las manos bien entendidas entre sí,
me recorres sin premura,
sin moldura aparente,
haciendo de mi cuerpo un sube y baja
a modo de carretera curva,
temiendo el decisivo impacto.

Es entonces cuando,
aplaudiendo el intento,
los párpados se bajan,
se besan las pieles y,
muy adentro y muy afuera,
se hace sábana cómplice el silencio.


Rafael Saravia, Desprovisto de esencias

viernes, noviembre 27, 2009

Última salida para Brooklyn, de Hubert Selby Jr.


He vuelto a releer este libro. Entre otras razones, porque estos días publican, por fin, Réquiem por un sueño (Sajalín Editores) y quiero ver las diferencias y similitudes entre ambos. Este libro es una bomba. Áspero, crudo, retorcido, con pasajes difíciles de digerir por la violencia que describe. Selby nos retrata las vidas de varios personajes sórdidos y brutales que pululan siempre en torno al bar El Griego, y lo hace a través del enlace de seis historias en las que algunos de esos personajes reaparecen. Golfas, maltratadores, borrachos, travestíes, violadores, locas, mangantes, torneros, sindicalistas y gamberros se cruzan en torno a Brooklyn. No es el Brooklyn de las películas, ni siquiera las de la mafia: es más hostil y despiadado.

Casi todos los personajes están frustrados, quieren otra cosa: el sindicalista que detesta a su mujer y desea en secreto a los maricas; el tipo que prefiere salir de juerga y emborracharse antes que cuidar de sus hijos; el travesti enamorado de un hombre rudo; el vago que prefiere a cualquier tirada antes que a su mujer. Y esa frustración acaba degenerando en violencia, sea verbal o física.

Selby llena esta novela clásica, rompedora y polémica, de fanfarrones que pegan a sus mujeres, de gente miserable que sólo entiende el lenguaje de los puños y los insultos. Es asombroso su dominio del ritmo, según lo requiera la narración: frases breves, como telegramas; y oraciones kilométricas. En el texto se mezclan la narración, los diálogos y los pensamientos de una manera que nunca confunde y siempre sorprende.

Hace años compré la edición de Anagrama, pero (y sé que esto a algunos les puede parecer una pijada) apenas tiene márgenes, hay poco espacio en blanco en la página y la lectura asfixia más en un texto ya de por sí asfixiante. Meses atrás compré esta otra edición, la de abajo, con pastas duras y márgenes correctos, publicada por Círculo de Lectores. La he disfrutado más ahora. Os dejo un fragmento de la historia de la prostituta Tralala:



Anduvo de un bar a otro estirándose el vestido y echándose agua a la cara de vez en cuando antes de dejar el cuarto de un hotel. Bebía sin parar y ni siquiera miraba sino que sólo decía sí, sí, qué coño, y tendía el vaso hacia el barman y a veces ni veía la cara del borracho que la invitaba y se frotaba contra su vientre o sollozaba apoyado en sus tetas; se limitaba a beber, luego a quitarse la ropa y a abrirse de piernas y luego a abandonarse al sueño o a la modorra de la borrachera. Pasó el tiempo…, meses, puede que años, quién sabe, y el vestido había desaparecido y sólo le quedaba una falda y un jersey destrozado y los bares de Broadway se habían convertido en los bares de la Octava Avenida, pero de esos bares, con sus putas, chulos, maricones y demás, pronto la echaron a patadas y el linóleo del suelo se volvió madera y luego la madera estaba cubierta de serrín y Tralala pasaba horas con una cerveza en un garito del puerto, insultando a todos los hijoputas que se la follaban y yéndose con cualquiera que la mirase o que tuviera un sitio donde tumbarse. La luna de miel se había terminado y ella seguía estirándose el jersey aunque ya no hubiera nadie que la mirase. Cuando amanecía, después de una noche pasada en un cuarto miserable con un miserable, entraba en el bar más cercano y se quedaba allí hasta la próxima oferta. Pero todas las noches enseñaba sus tetas y buscaba a alguien con pasta, despreciando a los malditos borrachos, pero los jodidos vagabundos sólo miraban sus cervezas y ella esperaba a alguien con pasta que tuviera cincuenta centavos de sobra para invitarla a una cerveza a cambio de un polvo y saltaba de tugurio en tugurio volviéndose más y más sucia y más y más miserable.

Nuevo cartel de The Road


Hoy se estrena en Estados Unidos. Parece que a España no llegará hasta febrero. Mala noticia.

Planet 51




El miércoles me invitaron al preestreno de Planet 51 en el Kinépolis. Disfruté como un crío. Sé que parte de la crítica USA le ha dado palos a la película. Paradójicamente, uno de los aspectos que critican son los abundantes guiños a otras cintas, que era justo lo que ensalzaron en otra película del mismo guionista: Shrek. Y a mí esa tendencia me apasiona. Descubrir los homenajes y parodias de La guerra de las galaxias, Terminator, Regreso al futuro, Alien o Cantando bajo la lluvia es un disfrute, y es algo que en Los Simpson suelen hacer cada cinco minutos y a nadie le molesta. Me divertí mucho con el robot, que es la estrella del filme. Me sentí un niño en una sala llena de niños. Para ellos está enfocada esta producción, y como tal debe verse. Me parece que está muy currada a nivel técnico, que es un producto muy digno del cine español. No sé si esos críticos iban buscando frases de Shakespeare o si creen que todo el monte es Ratatouille, pero para mí supera a la mayoría de esas cintas-coñazo de dibujos con animalitos que hablan. Y, por cierto, acabo de comprobar que a Jordi Costa, de quien me fío bastante, no le ha disgustado.

Elogio del poeta: Luis Miguel Rabanal


Hoy, viernes, día 27, a las 21:00 horas, en el C.C.A.N. de León. Lectura de homenaje a Luis Miguel Rabanal, autor de Elogio del proxeneta. Con la participación de Alfonso Xen Rabanal, Alberto R. Torices, Ildefonso Rodríguez, Eloísa Otero, Félix Fernández, Víctor M. Díez, Amancio González, Jorge Pascual, Raquel Lanseros & Vicente Muñoz Álvarez. Cartel realizado por Julia Velázquez.

jueves, noviembre 26, 2009

Este sábado: estreno en Madrid de Sin Título



A las 21:00 horas. En Angelika Cinema Lounge (C/ Cava baja, 24. Metro: La Latina). Proyección del cortometraje Sin Título, que yo ya disfruté en su estreno en Zamora. Aconsejo no perdérselo. Esta vez no podré ir: tenemos entradas para un concierto.

Presentación de Terrorizer en Bilbao


Mañana, 27 de noviembre, a las 19:00 horas. Librería Elkar (C/ Licenciado Poza, 14). Con la presencia de David Mardaras/David Murders (autor), Ángel Chaparro (presentador) y Nacho Escuín (editor).

Crónicas del linfoma, de José Comas


Sigo con el capítulo de daños colaterales. Además del consumo de pastillas diario puedo asegurar que no ha pasado casi ni un día sin algún tipo de trastorno más o menos soportable. En estos momentos me encuentro en una fase de rechazo. El injerto (en la médula del donante) ataca al huésped (GVHD, las siglas en inglés). Las consecuencias de esto son todos los daños colaterales que padezco. De arriba abajo expongo la lista. Tengo conjuntivitis y veo mal, me temo que sea una catarata. La cara está renegrida y con manchas. En la boca tengo un hongo que me tiene frito. He tenido principio de neumonía. El hígado tenía un exceso de hierro que obligó a hacerme sangrías de hasta un cuarto de litro de sangre. Además, las transaminasas están por las nubes. La presión arterial oscila entre estar por los suelos y caerme o subir sin control. Del aparato reproductor ni hablar. Me canso horrores y no puedo andar más de un kilómetro y a veces me quedo sin aliento. Los riñones no funcionan del todo bien. Me dicen que tengo que beber cada día 2,5 litros de líquido, pero a duras penas bebo 1,5. La consecuencia es que a veces me tengo que levantar al baño durante la noche hasta cinco veces. De vez en cuando me dan calambres muy dolorosos en las piernas. Apenas tengo ganas de comer. Desde que empezó la enfermedad, en noviembre de 2005, he perdido veinticinco kilos. Dicen que me ha quedado un tipo muy bueno.

Mañana, en Madrid





Recitales y presentaciones. Autores: Norberto Luis Romero, David Panadero y Óscar Sipán en Librería Estudio en Escarlata; Gsús Bonilla en El Mono de Tinta; Ada Menéndez, Marta Noviembre y Mayte Sánchez Sempere en Entrelíneas.

Presentación de Sarinagara


Mañana, en Barcelona. Con la presencia del autor, Philippe Forest.

miércoles, noviembre 25, 2009

Trailer de Youth in Revolt


Pinchar aquí.

El verano: lo crudo y lo podrido, de Montero Glez


Hoy toca ponerse tierno como solomillo pues así lo pide el tema. Y coger la primera persona del singular y hacer con ella toda una declaración de principios. Y arrancar diciendo que, durante un buen número de noches, el cine de verano fue mi patria, algo semejante a un territorio abierto al cielo donde nada echaba en falta. Y entre cáscaras de pipa y pipas sin cáscara, servidor mamaba del pezón de la noche mientras la pantalla se llenaba de sobresaltos y tomate frito. Películas de terror y algo más que solía ser carne de hembra. Gracias a las fulanas y menganas de la época, un servidor aprendió que pone más la expectativa de la carne que la carne misma. Lección que pronto apliqué al rijoso oficio de la escritura.

Mañana, en Madrid



Recital de Ada Menéndez, acompañada de Sergio C. Fanjul (Txe Peligro) y Valentina Trio. Y presentación de la antología Mujeres cuentistas.

Unidad de canciones intensivas


Cuelgo estos links que me ha pasado una lectora, por si a alguien le interesa escuchar el disco: MySpace / Blog / Web.

Move over

Debo asegurarme
de cerrar bien
el apartamento viejo
que alquilé para ti,
para unos días,
y después también para mí
y para los dos y para más días.

Ya recogí las cosas,
ya hace rato
que cogiste la carretera.

Tomo a sorbos pausados
una cerveza
que he comprado en el bar de abajo
para beberla deambulando,
resacoso y asombrado,
por las habitaciones.

Y ante el espejo con moho del baño
me paro
y en el silencio de la boca
reaparece con recelo
la sonrisa incrédula.

Ahora queda
la revista impredecible
de las fotografías a revelar,
una lata vacía de Cruzcampo
en el lavabo
y sesenta y dos escalones
que bajaré,
despacio y solo,
- tras dos giros exactos en la cerradura -
pensando en cualquier cosa,
en el invierno inevitable,
por ejemplo,
que parece empezar.


Domingo López, Blues

Nuevo cartel de The Lovely Bones


martes, noviembre 24, 2009

Desprovisto de esencias, de Rafael Saravia


X


Recuerda el lugar…
Cientos de ánades trayendo el frío del otoño a la mirada.
El paseo descuidado, saludo de un paso a su siguiente,
eco adelantado, lágrima a lágrima mi llegada
-¡y ya es invierno, Dios mío,
la de luz que nos comió el tiempo!-.
Es triste sentirse perdidamente viejo antes de los treinta,
achacado por los húmedos destinos
de un alma viajera que, soñadora,
no avista más que naufragios con espléndido final.
Provengo de un lugar lejano en la memoria
al que no consigo regresar despierto.

Más carteles de Nine


Solas

Hace ya tiempo que nos venimos cruzando por los jardines del parque. Y también nos encontramos en los comercios obligatorios. Es ya mayor y viste cuidadosamente, con la limpieza serena que da una edad tranquila y aceptada. Nos mirábamos estos años y no nos decíamos nada. Por timidez.
Pero ayer ella no podía arrastrar el carro de la compra y la ayudé en el trayecto. Y hablamos por fin. En un par de minutos tomó la iniciativa y me contó la película de su vida: una hija muerta, la otra en paro. “Pero me ha dado un nieto. Y me deja criarlo. Estoy loca de contenta”.


Tomás Sánchez Santiago, Los pormenores

Otros dos carteles de Sherlock Holmes




Esta tarde, en Madrid


Presentación de Jerjes conquista el mar, de Óscar Esquivias. Martes, 24 de noviembre, a las 19:30 horas, en La Casa del Libro de Fuencarral, nº 19.

lunes, noviembre 23, 2009

Sarinagara, de Philippe Forest


Sarinagara es otra grata sorpresa publicada por Sajalín Editores. Del autor francés Philippe Forest no había nada traducido en España y me parece un escritor con mucha fuerza. Él define este libro como una novela, pero yo creo que no lo es. Creo que no se puede etiquetar en ningún género. Que es uno de esos libros raros y misceláneos que tanto me gusta leer ahora. Una mezcla de historia, autobiografía y especulación, de ensayo y narrativa.
.
Forest cuenta que, tras la muerte de su hija, se sumió en una fase de alejamiento. Él y su mujer trataron de poner distancia, de retirarse de los lugares que evocaban el dolor. Querían ir a sitios donde no conocieran a casi nadie. Japón fue el eje de varias visitas. Y, a partir de entonces, Forest empezó a interesarse por tres artistas, cuyas historias relata en el libro: el poeta Kobayashi Issa, el novelista Natsume Soseki y el fotógrafo Yosuke Yamahata. Los tres perdieron hijos (en el caso de los dos primeros) o fueron testigos del horror (el segundo, al ser el primero en fotografiar la destrucción de Nagasaki). El autor alterna esas tres historias, relatadas siempre en capítulos de casi dos páginas, con su propia historia, deambulando por varias ciudades: París, Kioto, Tokio y Kobe. Historias reales sobre gente que desaparece y sobre gente que necesita alejarse. El objetivo es averiguar si hay respuestas, y las hay: al final todo desemboca en la nada, pero es el amor el que ata a quien se diluye en esa nada. Lo importante es sobrevivir, es la prueba y el enigma. El título alude a un verso del poeta japonés citado. Sarinagara significa "y sin embargo".
.
Me resulta difícil elegir un fragmento, así que voy a colgar varias frases contenidas en cada una de las historias de los artistas japoneses.
De "Historia del poeta Kobayashi Issa": ¿Qué dice la poesía? Dice el perpetuo recomenzar del tiempo -y nada más-, del tiempo que desgarra, restaura, y abre una brecha en el opresivo espacio del mundo por donde se entrevé, incluso en la desesperación más negra, el sentido posible de una nueva vida. De "Historia del novelista Natsume Soseki": Sólo la mente brutal e insensible de un hombre puede creer que el nacimiento de un niño borrará la muerte de otro. De "Historia del fotógrafo Yosuke Yamahata": ¿Qué es un testigo? Alguien que ha visto -a su pesar, por azar o accidente, a pesar de todo, y sobre todo, de su deseo de estar en otra parte- y que, por haber visto, debe soportar hasta el final la vergüenza, el dolor y la culpabilidad a los que su mirada le condenaron para siempre.

Jirones de León


El viaje: cinco en un coche. Atascos e imprevistos. El aire helado de la ciudad. Nuestros reencuentros en bares y cafés. La impagable hospitalidad de Choche y Arantxa, y de Marcelo y Paula (y Chopi). La presencia de Ana, aunque sólo estuviera el viernes. El apoyo constante de M. El poema Alba, recitado a tres voces en el escenario como broche final, por tres grandes tipos: por David González en castellano, por Leo del Mar en alemán y por Marcus Versus en varios idiomas, alguno de ellos inventado. La voz de Isabel García Mellado, dulzura y terciopelo. Los versos y las bromas de Javier Das. Las conversaciones entre tapas y cervezas. Las sonrisas de Vicente Muñoz Álvarez y Julia Velázquez, en perpetua honeymoon. La aparición reconfortante de Alfonso Xen Rabanal (Bufa) y Chus. El C.C.A.N. como punto de encuentro imprescindible. El Taxman y sus ginebras con tónica. Las hamburguesas del MUSAC, again. La firma y venta de ejemplares. Los libros de Artemis. La asistencia al recital de varios colegas, muchos de ellos poetas y/o escritores: Ben Clark, Rafael Saravia, Gabriel Oca, Silvia D. Chica, y de otros que no conocí pero supe luego que estaban por allí (Raquel Lanseros, Jorge Pascual, Cecilia Quílez); nuestra gratitud hacia ellos. Nuestras caras y nombres en el Diario de León. El sostén de todos los que han anunciado el evento en sus blogs. Jirones para recordar.

Cartel de The Graves


Waiting

Texto de mi cosecha, en el blog de Casimiro Parker: aquí.

Dos carteles de Nine




Esta tarde, en Madrid


Presentación de Libro de la mujer fatal, de Marta Sanz. Con la presencia de los escritores Elena Medel y Óscar Esquivias y de la editora Virginia Rodríguez.

domingo, noviembre 22, 2009

Otro cartel de Wolfman


El ojo de la mosca

El ojo de la mosca es una auténtica revelación. Está bien desarrollado y ocupa casi toda la cabeza. En realidad está compuesto de miles de ojitos minúsculos, facetillas, cada una hexagonal y ligeramente convexa. Cada faceta percibe sólo un punto del cuadro general, mientras la totalidad de la imagen se suma en el cerebro. De esta forma la visión del mundo de las moscas es mosaico facética. Estos insectos se suelen considerar miopes, pero ¿cabe imaginar una mirada más detallada y exhaustiva hacia el mundo? La fragmentariedad que usan como estrategia ciertos novelistas de hecho es un préstamo del ojo de mosca. Qué novela saldría si consiguiéramos que la contara una mosca…


Gueorgui Gospodínov, Una novela natural

Otro cartel de Avatar


sábado, noviembre 21, 2009

Esta tarde, en León


Presentación de los poemarios Tic tac, toc toc y No hay camino al paraíso. Participarán: Isabel García Mellado, Marcus Versus, Leo del Mar, Javier Das, David González, Vicente Muñoz Álvarez y José Angel Barrueco. Editorial Ya lo dijo Casimiro Parker. Más detalles: pinchando en la foto.

Esta salvaje oscuridad, de Harold Brodkey


Mi reputación literaria es cosa sobre todo del extranjero, pero yo estoy anclado en Nueva York. No se me ocurre ningún otro lugar donde preferiría morir. Me gustaría que fuera en la cama, mirando por mi ventana. La exasperación, la incomodidad y el horror mental de aquí me interesan más que la comodidad de cualquier otra parte. Me quedo anidado ante la ventana, desde la cual veo el centro de la ciudad y su cambiante desfile de rascacielos y luces; pájaros que pasan volando arrojan sombras sobre mí, sobre mi cara y mi pecho.
No puedo cambiar el pasado, y no creo que lo hiciera. No espero ser comprendido. Me gusta lo que he escrito, los cuentos y las dos novelas. Si me ofrecieran verme libre de esta enfermedad a cambio de mi obra, no lo aceptaría.

viernes, noviembre 20, 2009

Una novela natural, de Gueorgui Gospodínov


Este libro me ha deparado un par de sorpresas.

La primera es que uno de los traductores es el poeta zamorano Juan Manuel Rodríguez Tobal, a quien hace tiempo que no veo. Neva Mícheva comparte labores de traducción con Juanma.

La segunda es que se trata de un libro muy ameno, lo que suelen llamar “fresco” (como si los libros fueran peces), con una narración fragmentaria que el autor compara con la visión de una mosca: La fragmentariedad que usan como estrategia ciertos novelistas de hecho es un préstamo del ojo de mosca. Nunca había oído hablar de este escritor búlgaro, Gueorgui Gospodínov, pero me gustaría seguirle la pista. Espero que nadie confunda la narración fragmentaria de Una novela natural con los presupuestos de la Nocilla, porque el búlgaro no es sólo un autor cerebral, sino visceral. Conmueve en algunos pasajes. Y eso no es fácil en esta clase de narrativa.

Un día, el narrador y protagonista se entera de la noticia: su mujer está embarazada y él no es el padre. Comienza entonces una ruta por la soledad: la separación, el divorcio, el cambio de domicilio, las tardes silenciosas (de paseo, o en casa, escribiendo). El narrador quiere reflejar todo eso, y también los asuntos banales que no suelen registrarse en las novelas ni en las películas: las moscas, los retretes, las conversaciones frívolas… A partir de esas descripciones, entramos en un juego de metaficción. Literatura dentro de la literatura. Capítulos breves sobre la separación, los momentos felices de la infancia y de la juventud, o sobre ese hombre que se parece mucho al protagonista y que, conviviendo con los mendigos para documentarse, acaba convertido en uno de ellos. Cuelgo un fragmento:
.
Estoy embarazada, dijo mi mujer aquella noche. Nada más. El cine y la literatura ofrecen dos posibilidades de reacción ante casos similares:
a) El hombre está sorprendido, pero feliz. La mira con cara de bobo, se le acerca y la abraza. Con cuidado, para no hacerle daño al bebé. No sabe que la criatura todavía es un puñado de células. A veces acuesta la oreja a la barriga de ella aunque es obvio que falta mucho para las pataditas. Primer plano de los ojos de la mujer, profundos y húmedos, ya maternos.
b) El hombre está sorprendido y disgustado. Desde el inicio de la novela algo en él nos repugnaba y precisamente ahora, en el momento de la verdad, toda su hipocresía salta fuera como la barrita roja de un test de embarazo. Apenas disimula su irritación: no quiere este hijo, ha ido mintiendo a esta mujer. Primer plano de los ojos de ella.
Bueno, Ema volvió a casa, se sentó sin quitarse la chaqueta y simplemente dijo “estoy embarazada”. No hacia falta precisar de quién. No nos habíamos acostado desde hacía casi medio año. Ella sólo dijo “estoy embarazada” y con eso eliminó las dos opciones de arriba.

Hoy, en Madrid




Presentación de Impar y rojo, de Óscar Urra; con la presencia de Carlos Salem. Y recital de Valentina Trio y Ada Menéndez. Más datos, pinchando en las fotos.

Hoy, en Barcelona