martes, junio 23, 2009

Rumbo a la gloria, de Woody Guthrie


Has visto ya a un millón de personas así. Tal vez en la parte más poblada de tu ciudad; la parte de atrás, la que está congestionada y hacinada, la parte por la que es difícil transitar en coche. Tal vez te has preguntado: “¿De dónde viene tanta gente? ¿Cómo comen y se mantienen vivos? ¿Para qué sirven? ¿Y por qué viven de ese modo?”. Esas personas han tenido una casa y un hogar como el tuyo, se establecieron y tuvieron un empleo igual que tú. Entonces algo los sacudió y lo perdieron todo. Los pusieron de patitas en lo alto de la larga carretera solitaria, y han bajado, de costa a costa, desde Canadá a México, en busca de ese hogar perdido. Ahora buscan, durante un tiempo, en tu ciudad. No hay gran diferencia entre ellos y tú. En el supuesto de que desembocaras en esta jungla enmarañada para juntarte con el otro par de miles, alguno se te acercaría, te daría la mano y te preguntaría, ¿En qué trabaja, compañero?