lunes, junio 22, 2009

Narciso en Sodoma, de Lucas Rodríguez Luis


EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE


Me tenías sin duda
como se tiene al perrito enganchado
a una farola y moviendo el rabo.
Me sentía feliz siguiéndote
a todas partes. Ese era yo.

Me requerías y yo a carcajadas
dando saltos me acercaba a ti siempre.
Desordenado e incauto te amaba.

Pero a los locos de ojos de vidrio
se les ejecuta con precisión.
sin venda, sin últimas palabras.

Ahora me encierran en otras celdas,
me convocan con distintos nombres
en regazos que apenas conozco
me adoptan piadosas con orgullo
y paseo con ellas de la mano.

Algún día romperé mi correa
me colaré de nuevo en tu casa
morderé tu mano.

Aquella que me dio de comer.