jueves, mayo 21, 2009

Conflicto doméstico-político

hemos tendido las mentiras, la ropa sucia,

el vicio de callar.

concebimos esta pequeña empresa del amor

con la osadía del sindicalista clandestino

pero otros perros nos ladran aquí, en la trastienda,

que no tienen más amo

que nuestro deseo.

que no aman más cuerpo que la inmanencia.

si no supimos defender al compañero de celda

ni ganarle la partida a la avaricia de los escalones

¿quién se va a creer que por amor amordazaremos

a estos perros salvajes?

¿quién con su labia judicial abogará por una causa

tan embarrada?

y pese a ello, con las manos impregnadas de aceites,

con los ojos irritados y el decir espeso

cuelgo en tu silencio silencios de habla insurrecta:

contra la torpeza de no saber amarte

con la urgencia de asaltar una comisaria y demandar

la oligarquía de los bancos y las eléctricas.

noche que se resume en ladrillazo al cristal de mis no

verdades: qué el aire limpie

esta sala y sus tristes sombras inmóviles.



Víktor Gómez, Elogio de la noche