viernes, abril 20, 2007

Norwegian Wood, de Haruki Murakami


Por fin me decidí a leer esta novela. Lejos de defraudarme, la he devorado en dos días.

Watanabe es un adolescente sin rumbo existencial. Su mejor amigo es Kizuki. Cuando éste se suicida, Watanabe se enamora de su novia, Naoko, una chica con ciertos desequilibrios psicológicos. Pronto aparece en su vida otra muchacha: Midori, una alocada chica de la que se enamora sin saberlo (Me resultaba mucho más interesante mirarla a ella que ver la película). Con estos materiales, Murakami nos cuenta la historia de Watanabe a finales de los 60, en Japón, y la desorientación propia de la adolescencia.

¿Cuál es el secreto del éxito de Haruki Murakami y de esta novela, en concreto? A mi juicio, que el libro contiene huellas de la cultura pop de Occidente (reflejada, principalmente, en la música: The Beatles, Henry Mancini... pero también en el cine y en la literatura en la que se inspira: libros de Scott Fitzgerald, Herman Hesse, Thomas Mann, William Faulkner...) y del exotismo y la serenidad de espíritu propios de Oriente (los paisajes naturales, los menús, el modo de afrontar la vida, los funerales,a la contemplación de la lluvia). La mezcla es explosiva, y le sirve para contar historias de amor.

Pero es que, además, Murakami es deudor de escritores norteamericanos como el mencionado Scott Fitzgerald, J. D. Salinger o Raymond Carver, a quienes ha traducido. Por eso su escritura, aunque parece simple, esconde mucho, alcanza significados que se desvelan cuando uno concluye la lectura. Una vez me dijo un poeta que "lo más difícil es hacer lo fácil", y se refería a estilos como el de Murakami, que, en su apariencia de sencillez, acaban transmitiéndonos el auténtico sentido del mundo sin recurrir a trucos de magia literaria. Watanabe, por otro lado, recuerda a personajes de las novelas de Estados Unidos: entra y sale de los cafés, cena solo en las hamburgueserías, bebe whisky, deambula por la ciudad, se convierte en un solitario y apacigua su sexo relacionándose con otras chicas, de las que se enamora sin tomar una decisión realista y escucha mientras ellas hablan y hablan. Murakami, además, construye un personaje inolvidable, que enamora al lector: la alocada Midori. Aunque sólo fuera por conocerla deberían leer el libro.